Salve, San José

Salve, San José, elegido por la Santísima Trinidad, para se custodio de Jesús y esposo de María, títulos sublimes, enriquecidos de gracias y virtudes.

Jesús está contigo, por eso eres el más afortunado de los hombres, y los hombres te imploran junto a Jesús que aceptó tu protección.

Dulce y poderoso San José, esposo de la Santísima Madre del Señor, ruega por nosotros pecadores, concédenos tu patrocinio todos los días de nuestra vida y sobre todo en la hora de nuestra muerte.

Piadoso patrono de los agonizantes, elévanos a la luz y al consuelo de la esperanza que no confunde a nadie y que nos guía a los gozos celestiales.

Patriarca Santo, custodio amado de Jesús, casto esposo de María, asísteme en compañía de Jesús y de María, en la vida y en la muerte.
San José, ruega por nosotros.

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