
Tú, que en tu vida terrena consolabas a los que sufrían, socorre, te suplico, a las almas que padecen en ese torrente de fuego.
Por ellas intercede ante Jesús y María, que nada niegan a tus eficaces ruegos.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Blog dedicado a la devoción a San José
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