¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora tu protección experimenta tu consuelo.
Sé pues, vos mi amparo y mi guía. Pide al Señor por mi; líbrame del pecado; socórreme en las tentaciones y apártame del mal y del pecado. Consuélame en las enfermedades y aflicciones. Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto te pueda ser acepto y agradable para merecer dignamente tu amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.
San Alfonso María de Ligorio, "Visitas al Santísimo, Santa María y San José."
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